domingo, 29 de abril de 2018

Un castigo sin crimen.

La comunicación con los demás, es algo que damos por sentado, un derecho que todos
tenemos por igual, o así sería en un mundo perfecto, un mundo que se encuentra muy lejos
aún.

La comunicación es el medio por el que no solo interactuamos con los demás, sino que
sirve para expresarnos y vivir, algo tan esencial como necesario un derecho que las
personas sordas no tienen en muchas ocasiones por diferentes factores, por falta de
recursos, por falta de interés propio y mayormente falta de interés de los demás, pero en
esta ocasión hablamos sobre la negación sobre un recurso tan necesario y tan fácil de dar y
adaptar.

Muchos son los presos en las cárceles españolas, pero también son muchas las personas con
problemas auditivos o Sordera que conviven en estos centros, es este último sector de las
cárceles españolas, a los que han robado la capacidad de comunicarse ante la falta de
Intérpretes o Mediadores en las Cárceles, los cuales se convierten en un nexo, un canal
entre el preso y la propia Institución Penitenciario.
La simple falta de algo tan esencial para una persona sorda como un Intérprete o Mediador
se convierte en una barrera imposible de sobrepasar aislándolos aún más en un silencio que
no es más que otra condena con la que deben de vivir, pero en esta ocasión, convirtiéndose
en una castigo que jamás podrán pagar.




Fabiola Marchena Ortiz.

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